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Pero no bombardeen Barrio Norte…

Publicado el dia 29/08/2022 a las 14h43min | Atualizado dia 04/10/2022 às 20h32min
Columna de opinión por Gustavo M. Russo

Bertolt Brecht, poeta y dramaturgo alemán muy atinadamente confiesa:“Muchos jueces son incorruptibles y nadie puede inducirlos a hacer justicia”.

 
Lo que se conoce como Lawfare es una verdadera amenaza para la población. Ya que puede recaer tanto para la vida de participación democrática en la región, como por el disciplinamiento que confiere advertir, dado a la persecución ideológica que implica. Causas judiciales que se crean porque los representantes del poder real no deciden discutir política mediante el Congreso Nacional.
 
Hoy responde como Lawfare el significado de “guerra jurídica”, es decir, un ataque a los oponentes políticos utilizando indebidamente los procedimientos legales pero dando siempre la apariencia de legalidad. Contando con el apoyo que brindan los medios de comunicación para instalar la embestida, a través de lo que se conoce como Fake news, noticias falsas.
 
No se puede desconocer el artículo 21 de la Constitución Nacional que anuncia textualmente; “… que todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la Patria y de esta Constitución…”.
 
Marchar públicamente con consignas claras es una forma de evitar tomar el camino de la violencia. Además, en su artículo 18  comienza expresando; “ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso…” más adelante continúa diciendo; “Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados;…”
 
En esto último está perfectamente detallado todos los atropellos que se le cometieron a Cristina Fernández de Kirchner y a muchos otros dirigentes políticos, en favor de la acreditación de la figura del Lawfare (o del fusilamiento jurídico) que le espera una vez más al Peronismo, en caso de seguir prosperando esta práctica y naturalizarse en los Tribunales Federales, principalmente en el de la calle Comodoro Py de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Siendo la marcha popular la genuina defensa y el eficaz anticuerpo de la democracia, en sostenimiento de las instituciones de la República.
 
El caso de Cristina Fernández es de súper relevancia, ya que es la dirigente política con un 35 % de apoyo de electores propios, luego de haber pasado por dos mandatos presidenciales entre 2007 y 2015 y ser actualmente la vice presidenta de la Nación y principal fundadora del Frente de Tod@s, el cual desplazó del poder al espacio de Mauricio Macri en 2019. Su libro, Sinceramente, se convirtió en un best seller que vendió más de 365 mil copias y es la única política en Argentina, junto a un puñado de otros hombres de la región, que logra tener una fuerte convocatoria, aún sin proponérselo. Cristina es considerada una estratega. Ha demostrado con la política, que verdaderamente, se la puede utilizar como herramienta de transformación social. Como fue el anhelo de Raúl Scalabrini Ortíz en aquellos años de la Década Infame.
 
Es por lo expuesto sucintamente, que Cristina, se convirtió en el objetivo de la defenestración conservadora misógina que odia al que no le responde. Peor,  cuando se trata de una mujer  a la que teme por ser contestataria e inteligente y que conoce al poder en sí mismo, pudiéndole presentar batalla desde su interior. El sábado 27 agosto, lo hizo desde la puerta de su casa en La Recoleta.
 
A mi modesta manera de comprender los hechos acaecidos, asistimos al lanzamiento previo de la carrera presidencial del 2023. Originada desde la persecución, torpemente liderada por la derecha rancia  macrista,  intentando desde los estrados judiciales, la instalación de juicios de corrupción contra la ex mandataria “por supuesto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz”. Lo que determinó una serie de marchas en favor del esclarecimiento  por parte de seguidores peronistas en las intersecciones de las calles Juncal y Uruguay, domicilio de la notable referente del movimiento nacional y popular peronista. Luego, del alegato sin asidero jurídico – declaraciones virtuales del Fiscal Federal y jugador de campo en el equipo del Liverpool, de la Quinta de Los Abrojos de Mauricio Macri, Diego Luciani-. Previamente a sus vaticinios, habían surgido en varios medios  “amicus curiae macristas”, de que la misma contendría unas 3 toneladas de pruebas contundentes contra Cristina Kirchner que justificarían su prisión. Lo que resultó ser una falacia por presentarlas – como si estuviera en un atril político haciendo campaña para el 2023- sin ningún sustento técnico jurídico, riguroso  y probable.
 
También se conoció que el Juez que entiende en esa misma causa, Rodrigo Giménez Uriburu es guardavallas en ese mismo equipo, trascendiendo fotos que así lo demuestran. Y lo desfavorable, que se le presenta a este Lawfare  de medio pelo jurídico e improvisado pero de mucho tiraje mediático, es que en caso de presentarse la apelación por nulidad, la misma será tratada por los jueces que jugaban paddle en la Quinta Presidencial de Olivos, en tiempos donde Mauricio Macri era el presidente. Aclarando risueñamente, que el paddle está en una instancia superior –tribunal de alzada- dentro del Poder Judicial de la Nación. ¡Un verdadero deporte de elite!
 
Toda esta procacidad  política- judicial,  preocupó tanto a propios, como ajenos porque el peronismo logró con esta persecución impune, colocarse en el lugar donde se siente más cómodo, de acuerdo a su ADN, para conseguir la unidad política definitiva en la columna vertebral de su frente y por ende, interceder en la interna de los opositores, donde el Jefe de la Ciudad Horacio Rodriguez Larreta, comprador compulsivo de conteiners con cascotes y de fuerte aspiraciones presidenciales para el 2023, es obligado a derechizar sus discursos y enfrentarse al candidato natural de su espacio, el ingeniero con reposeras amarillas, Mauricio Macri.
 
En estos últimos días, el Peronismo entendió que debía activar su protagonismo desembarcando su militancia en La Recoleta y los vecinos más ortodoxos del barrio, vieron en eso como el Overlord de Normandía, donde la calle Juncal se convirtió en el Canal de la Mancha. La vigilia de los militantes frente al domicilio de su líder fue tomado como un acto repugnante y se  bajó la directiva de ser disuadido con represión policial. El odio sigue sin generar la racionalidad. Cada vez que se intenta destruir al “kirchnerismo” -concepto utilizado como un reduccionismo en importancia al Partido Justicialista fundado por Juan Perón-  se lo termina reivindicando. Ya no son bombas, ni proscripción, ni fusilamientos de militantes, ni son los desaparecidos, los que pudieron callar al peronismo. Menos será de parte del macrismo, con vallas y represión que expresan muy  poca inteligencia lógica a la hora de actuar. Dejando claramente manifestado,  a la vista de la ciudadanía en su conjunto, la falta de ideas con probidad y las oscuras intenciones que mostrarán recargadamente, si llegan otra vez al gobierno.
 
Razón tenía Mordisquito, aquel personaje de la década del cuarenta que personificaba  en radio con excelente talento Enrique Sántos Discépolo, cuando le decía al gorilaje: –“Yo no lo inventé ni a Perón, ni a Eva Perón, nacieron como una reacción a tus malos gobiernos”.    
 
 Cualquiera de estas místicas históricas que concuerde con la realidad no es mera coincidencia, es peronismo puro.
Fonte: Hurlingham al día